La salud, factor clave de bienestar laboral y de productividad en las empresas
Elementos de gestión que apoyen a una recuperación sostenible luego del impacto del COVID-19
por Mónica Falcón
Al momento de la redacción de este artículo nos encontramos frente a la mayor crisis mundial de nuestra historia contemporánea: la pandemia del COVID-19 que amenaza al ser humano en dos derechos fundamentales para su desarrollo: la salud y el trabajo.
Hasta antes de la expansión de este virus la salud era un tema con importancia menor en muchos países y ausente en diversas políticas públicas. En México justo atravesábamos una crisis institucional de salud pública ante un cambio de atención y presupuesto lo que revelaba, una vez más, que la gestión del derecho de salud es mucho más compleja que la distribución de subsidios a un listado de beneficiarios.
Por su parte, en el ámbito laboral, la salud ha sido reducida por muchos años a un factor de las condiciones ambientales de los lugares de trabajo; con suerte algunas empresas, sobre todo las grandes y multinacionales, cuentan con sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo (SST). En México, el quehacer empresarial en este aspecto se reduce a la evidencia mínima de un cumplimiento normativo, vinculado a la protección civil, al temor de la inspección y recientemente al impacto del estrés y violencia en el trabajo, mandato de identificación, análisis y prevención de factores de riesgo psicosocial al que apela la Norma Oficial Mexicana: NOM-035-STPS-2018.
La palabra “pandemia” viene del griego antiguo que significa “todo el pueblo”, en efecto todos los seres humanos estamos afectados, por tanto, resulta pertinente exponer las razones por las cuales hacer efectivo el derecho a la salud debe convertirse en la base de acciones prioritarias tanto para el ámbito gubernamental como para el ámbito privado.
En primer lugar, porque además de los efectos sobre la salud, el COVID-19 tiene y tendrá un efecto social y económico sin igual, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) prevé que la economía de la región se vea afectada en turismo, suministros, precio de los productos e inversión; todo ello repercutirá en un aumento hasta el 10% del desempleo (1). La pobreza en la región podría alcanzar 220 millones de persona, tan solo en México son 40 millones de trabajadores, en su mayoría informales que están afectados y la pobreza podría alcanzar al 40% de la población del país.
En el proceso de la aparición de la vacuna y control del virus, somos testigos de un reacomodo de actores y acciones a nivel nacional e internacional; las decisiones políticas, económicas y sociales tienen y tendrán que tomar como prioridad la salud. Incluso como sociedad, nuestra cotidianidad, nuestra producción y consumo debe integrar hábitos a favor de su protección. Enfrentar la pobreza sin priorizar la salud como derecho puede convertirse en una lucha nuevamente artificial, el virus no conoce de fronteras, ni de estatus pero es evidente que la población sin acceso a servicios de salud podrá perpetuar su vulnerabilidad. El Estado en su función de proveedor y garante tendrá posiblemente un renacimiento, en tanto identifique su rol como facilitador y promotor de alianzas con otros actores clave.
En segundo lugar, y muy posiblemente en donde podremos tener resultados favorables tempranamente es en la esfera privada. Esto es, si bien el trabajo saca a las personas de la pobreza, aporta un vínculo de identidad y de propósito con la sociedad, también puede ser peligroso y malsano si los riesgos de salud no se gestionan adecuadamente. Para garantizar una recuperación económica sostenible, conviene reconocer a la salud como un factor clave que contribuya en las empresas por su vínculo con la productividad, el bienestar laboral y el requerimiento del mercado, argumento a desarrollar en este artículo.
Para qué y cómo abordar la salud en el trabajo es el hilo conductor de las siguientes líneas, sosteniendo su efecto en la aún intangible agenda de sostenibilidad (2) para el empresario y trabajador de la micro, pequeña y mediana empresa. La sostenibilidad a su vez será un detonante en el devenir del mundo laboral, en la dinámica del comportamiento económico y social de sus actores (empleadores, trabajadores y gobierno).
El artículo completo será compartido una vez que sea publicado por la Revista Liderazgo y Experiencia Médica
(1) Consultado en https://news.un.org/es/tags/pobreza
(2) Refiere al concepto acuñado por Naciones Unidas en los años 80 (Informe Brundland) sobre el patrón de uso de recursos, que tiene como objetivo satisfacer las necesidades humanas de hoy, sin afectar la satisfacción de las necesidades de las siguientes generaciones. Con el paso del tiempo este concepto integro como pilares interdependientes pero que se refuerzan mutuamente del desarrollo sostenible: el ámbito económico, social y medioambiental. Los pueblos indígenas apelan a integrar un cuarto pilar: el cultural. En septiembre de 2015 se adoptaron los 17 objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible para erradicar la pobreza y asegurar la prosperidad para todos, son acciones que deben tomar el gobierno, el sector privado, la sociedad civil y toda persona que quiera contribuir a la sostenibilidad en la satisfacción de nuestras necesidades humanas.
https ://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/